Traducción de «La locandiera»

LA TRADUCCION AL FRANCES Y AL ESPAÑOL DE ALGUNOS RASGOS DE HUMOR EN LA LOCANDIERA


A.Emma Sopeña Balordi
UNIVERSITAT DE VALENCIA


In Bicentenario Carlo Goldoni: Una vida para el teatro. Universitat de València. 1996. pp.119-127.



Introducción.-
Antes de entrar propiamente en el análisis de las traducciones al francés y al español de algunos rasgos del humor de  La Locandiera basado en la expresión, comentaremos muy brevemente y como introducción, ciertos aspectos del estilo que Goldoni pone en boca de sus personajes.
Goldoni pasa del personaje-abstracción del teatro cómico tradicional, al personaje-individuo, construyendo una comedia burguesa realista protagonizada por tipos concretos de mercaderes o burgueses, pescadores, artesanos o gente del pueblo de los barrios populares, y tiene para todos estos seres, tomados de la realidad cotidiana, una mirada cariñosa y divertida, comprensiva y algo paternalista. Creó así un teatro burgués semejante al del resto de Europa. La vis cómica en su obra «es el resultado de la participación de varios protagonistas, que intervienen en escenas vivas y de gran movimiento. Esto es más importante que la misma trama o que el choque entre algunos personajes.» (1)
Tanto por el uso que hizo del dialecto veneciano como por la renovación en el tratamiento de los personajes, Goldoni fue un auténtico renovador del teatro cómico italiano ya que empezó modificando la Commedia dell’Arte, racionalizándola y moralizándola, para desarrollar, paralelamente a la evolución técnica, la evolución ideológica.
Goldoni reproduce en sus obras lo que podría denominarse un  «habla media», usada entre personas que no pertenecían a la misma región, y que, por lo tanto, no podían entenderse en dialecto. Se trata de una especie de italiano libresco «que no poseía la fluidez de una lengua viva y espontánea, sino que era un contexto de frases hechas, de fórmulas convencionales, con infinidad de incorrecciones propias de una situación de bilingüismo.» (2). En cambio, su dialecto veneciano es una auténtica lengua viva, que domina a la perfección pudiendo, por lo tanto, variar sus diferentes tonos y matices sociales, puesto que era el instrumento expresivo más natural de su inspiración. Generalmente reproduce en sus textos el veneciano de la clase culta o acomodada, aunque ello no quiere decir que renuncie, cuando la situación lo requiere, a los más chispeantes tonos populares. «Una lengua viva que Goldoni no reproduce como procedente de una grabación mecánica sino como verdadero artista creador, trasladando, deformando, y convirtiéndola en diálogo escénico (…) Goldoni creó una lengua y un estilo propios, muy de acuerdo con el ritmo vivo y sugestivo del diálogo, revelando un sentido refinado y una gran sensibilidad para sacarle todo el partido a los valores musicales del habla veneciana.» (3)

El título de la obra: «La Locandiera».-


En sus Memorias  (4), Goldoni habla del título de la comedia que nos ocupa, y explica que La Locandiera, estrenada en el Carnaval de Venecia de 1753, deriva de «Locanda», que en Italia significa lo que en francés es llamado «hôtel garni», y sigue: «En francés no existe la palabra para indicar el hombre o la mujer que tiene una posada, por lo que si se quisiera traducir esta comedia al francés habría que deducir el título del carácter, y éste sería sin duda «La femme adroite» (la mujer astuta)». Sin embargo, y pese a la recomendación del autor, la traducción al francés ha conservado el título original.


La comicidad contenida en los nombres de los personajes.-


Resulta evidente ver una intención jocosa en los nombres de los tres caballeros que protagonizan la obra. El misógino Cavaliere di Ripafratta  significaría algo así como El Caballero de la Ribera del Espinal (o bien de la Zarza), puesto que su nombre está compuesto por «ripa» (ribera, orilla, barranco) y «fratta» (maleza, espinal, zarza, breña). El nombre del orgulloso Marqués de Forlipopoli procedería tal vez del pequeñísimo caserío llamado «Forlimpopoli»; su altivez resulta por lo tanto sumamente cómica procediendo su título de tan minúsculo lugar. Un nombre español con resonancias de aldea («Villachica de Abajo», por ejemplo) podría dar una equivalencia aceptable. En cuanto al tercero, el Conde de Albafiorita, confiere al personaje un sentido de gentileza, amabilidad y cortesía al jugar con las palabras «alba» y «en flor».


Metodología seguida para el análisis de las traducciones.-


La metodología utilizada ha sido la siguiente: hemos seleccionado en el texto original los rasgos de humor basados en la comicidad de palabra, sin ocuparnos por lo tanto de la comicidad de situaciones, de acciones o de carácter, y hemos analizado sus traducciones al francés y al español. En la comicidad basada en la palabra, es decir la creada por el lenguaje exclusivamente, hemos encontrado varios tipos que pueden clasificarse en:
1.- expresiones cómicas por el contexto
2.- interjecciones
3.- locuciones, frases hechas y refranes

En el primer grupo podemos encontrar adjetivos, participios o substativos, expresiones en registro de lengua argótico o popular, dobles sentidos, juegos de palabras… Se trata de expresiones de diversa índole lingüística que, en sí mismas, no son de esencia cómica, pero que el contexto en el que se hallan les confiere un aspecto jocoso. Tal es el caso de algunos adjetivos que juegan un papel de insultos en el texto o de comentario malintencionado hacia una tercera persona presente o no en la acción; como, por ejemplo, los adjetivos «povero e superbo» que, descontextualizados y, sobre todo, separados no producen ninguna reacción cómica en el lector o en el oyente pero que en boca del Conde, y conociendo a quien van dirigidas, así como la trama que sustenta la obra, tienen como consecuencia ese aspecto perlocutivo cómico.
La traducción de este grupo de expresiones es, en ocasiones, muy acertada, aunque en otras no tanto, según la lengua de traducción que analicemos. Vamos a comentar algunos casos en las dos traducciones.
Los adjetivos más arriba mencionados (5) «povero e superbo» -74 – han sido traducidos al francés por medio de una locución de nivel de lengua familiar «glorieux comme un pou» -75-. La traducción española es literal, «pobre y orgulloso» -71-.
De nuevo encontramos una traducción literal en español produciendo una frase sin sentido para la siguiente expresión del Caballero: «a me non mangiano sicuramente» -46-, «seguro que a mí no me los comen» -79-. El francés ha optado por la utilización del verbo «tondre», en el sentido de «dejar a alguien sin blanca», con lo que se obtiene una frase mucho más cercana al original tanto en el tono cómico como en el nivel de lengua: «je vous jure que moi, elles ne me tondront pas» -47-.
Hemos hallado otros casos similares de traducción de una palabra por una locución, como en «cascano» -80- que aparece en francés como «tombe dans le panneau» -81-. El español da «caen» -103-. El Caballero dice en un aparte: «I gonzi sentono queste belle parole, credono a chi le dice, e cascano» -80-, «Un nigaud entend ces beaux discours, il croit celle qui les dit…et tombe dans le panneau» -81-, «Los bobos oyen estas lindas palabras, creen a quien las dice y caen» -107-. Podría, por ejemplo, haberse añadido «en las redes».
Igualmente sucede en «non li strappazzo» -82-, «je ne leur dis pas leurs quatre vérités» -83-, «No los maltrato» -107-, que analizaremos más tarde.
Y en «ci sbianchiranno» -94-, «ils mangeront le morceau» -95-. En este caso, las actrices (Dejanira es la que habla) emplean al hablar entre ellas, y delante de profanos, expresiones de su argot – ya sea de teatro o no -. «Sbianchire» significa, en el argot de los siglos XVII y XVIII, «descubrir». El francés ha empleado la expresión «manger le morceau» que es (6) «avouer, dénoncer, faire des révélations». El español, como en las anteriores ocasiones, no hace más que traducir de una manera literal o bien, como en este caso, neutralizar el texto original dando así «nos descubrirán» -117-.
Lo mismo ocurre con el parlamento de Dejanira: «non sono buona per miccheggiare» -116-, puesto que el verbo significa en argot «pedir regalos» que es lo que aparece en la traducción española -135-; la connotación de «con argucias» se pierde. El francés propone «taper les michés» -117-, donde «miché» es (7), «homme qui donne de l’argent à une femme pour obtenir ses faveurs», y «taper» es «emprunter de l’argent».
Este término vuelve a aparecer más tarde, esta vez en boca del Caballero: «come si diletta di miccheggiare?» -186-, «Comment aimez-vous pigeonner les clients?» -187-. Según el Dictionnaire du français argotique et populaire  (DFAP, en lo sucesivo), «pigeonner» es «duper, tromper, escroquer». Goldoni había sugerido para la traducción: «pelare, scroccare». De nuevo, la traducción española es una neutralización: «sacar regalos» -195-.
En el siguiente parlamento, Hortensia dice en voz baja a Dejanira: «Questo è un guasco più badial di quell’altro» -116-, donde el primer término es argótico y el segundo toscano («badiale» viene de «badia» – abadía – con el sentido de «considerable»). El francés ofrece la siguiente traducción: «voilà un grossium plus rupin que l’autre» -117-. «Grossium» es «personnage important» (DFAP) o «gros négociant» (Dictionnaire de l’argot moderne, DAM en lo sucesivo), y «rupin» es «riche» (rico). En español: «Este es un noble más rico que el otro» -135-. Este texto da una nota a pie de página en la que explica que «guasco» significa en argot, según el mismo Goldoni, «noble rico».
El término «strappazzare» ha sido traducido en francés por «tarabuster» que significa «tracasser» (molestar). El fragmento de texto pronunciado por el Conde es: «scommetto che è andato a strappazzare Mirandolina» -176-. «Je parie qu’il est allé tarabuster Mirandoline» -177-, «Apostaría que ha ido a reñir a Mirandolina» -185-.
Varios términos argóticos neutralizados en español:
En primer lugar «gonzi» – que corresponde al argot francés «gonse / gonze – gonzesse» – significa «homme sans énergie, lâche» (DFAP). La traducción que propone Goldoni es «los amantes». En francés y español tenemos, para el parlamento del Caballero, las siguientes traducciones: «I gonzi come li tratta, padrona mia?» -186-, «Les michés, comment les traitez-vous, ma bonne dame?» -187-, «¿A los bobos, cómo los trata, dueña mía?» -195-. El vocablo argótico «miché» ya lo hemos comentado más arriba.
El término «cere» es, en argot, «manos». El Caballero dice: «Basse le cere» -188-, «Bas les pattes» -189-, en francés. Tenemos en el texto español, y para seguir con las pérdidas de tonalidad, «¡quietas las manos!» -195-.
Fabricio exclama para sí refiriéndose al Conde: «Rifinito!» – 38-, queriendo expresar que es un «muerto de hambre», idea contenida en el término argótico francés «Lessivé!» -39-; pero en español dice: «Arruinado!» -73-.
Los ejemplos que siguen ponen en evidencia lo difícil que resulta en ocasiones conseguir una traducción que restituya los dobles sentidos.
La polisemia del vocablo «Barone» en italiano (de «barare», «engañar», «barone significa por lo tanto «tunante, pícaro») le sirve a Dejanira para referirse al marido de Hortensia en doble sentido: como poseedor del título nobiliario y como «tramposo». El francés no ha tenido ningún problema para traducirlo puesto que existe la misma polisemia en el argot de esta lengua («baron» es, según DFAP, «compère dans une escroquerie, une affaire véreuse, un jeu truqué»). Pero el español carece de este doble sentido por lo que la traducción en esta lengua, al no restituirlo («Me río del  Barón, de vuestro marido» -123-), tiene que conformarse con una nota a pie de página. El mismo tipo de comicidad lo encontramos en la versión femenina cuando el mismo personaje dice: «Sì, sì, alla Baronessa» -236-, «Oui, oui, la Baronne» -237-, «Sí, sí a la Baronesa» -239-.
En algunas ocasiones (muy pocas) ocurre que la traducción «supera» al original en comicidad por las posibilidades que ofrece la lengua de traducción. El siguiente efecto humorístico está basado, en la traducción francesa, en la homofonía entre «sincère» y «saint-cère». El contexto es el siguiente: el Caballero, furioso, inventa nombres de escena para las actrices, y le da a la principiante Dejanira el nombre de «Sincera»; «Come si chiama ella? La signora sincera?» -186-, «Comment vous appelez-vous? Madame Saint-Cère?» -187-, «¿Cómo se llama usted? ¿La señora Sincera?» -195-. El vocablo «sincera» podría también tomarse como homónimo de «sin cera».
La traducción francesa siguiente hace un malabarismo en el cambio de género del sustantivo «voyou» (que significa «golfo, gamberro, granuja») para restituir el sentido de «Buonalana» (que significa lo mismo pero con un matiz de benévola ironía). El texto español da «Buena Pieza» (añadiendo una nota «aclaratoria» a pie de página: «En italiano «buena lana» corresponde precisamente al «buena pieza» en castallano»). La pregunta formulada por el Caballero es la siguiente: «E ella la signora Buonalana?» – 186-, «N’êtes-vous pas Madame de Voyouse?» -187-, «¿Y usted la señora Buena Pieza?» -195-.
La polisemia italiana de la palabra «contrasto» («contraste, discordia» y «campesino» en argot, derivado este último seguramente de «contadino») permite a Hortensia el juego de palabras siguiente: «Ha più del contrasto , che del cavaliere» –188-. Ambas traducciones pierden el juego de palabras pero la francesa conserva el nivel de lengua argótico gracias al término «pedzouille»; «il a plus du pedzouille que de l’aristo, notre chevalier» -189-. La española da «paleto»: «¡Tiene más de paleto que de Caballero!» -195-; y en el parlamento siguiente da un sinónimo para intentar seguir el juego: » «Contrasto» vuol dir «contadino» » -188-,  » «pedzouille», ça veut dire paysan» -189-, «Paleto quiere decir palurdo» -195-.

El grupo de análisis que sigue está dedicado a  las interjecciones.

«Cospetto di bacco!» -46-, «Saperlipopette!» – 45-, «¡Por Dios!» -77-. «Cospetto» («presencia», literalmente en español), en función de interjección, expresa sorpresa y contrariedad, según Zingarelli (8). La traducción española ha conservado la «presencia divina» en tanto que la francesa ha optado por un  eufemismo de «sacré», bastante en desuso, que ayuda a transmitir ese sabor a tiempo pasado necesario en una traducción de un texto del siglo XVIII.
Lo mismo ocurre en la traducción de otras interjecciones en ambas lenguas como vamos a ver. «Cospetto del diavolo!» -254-, «Par le diable!» -255-, «¡Demontres!» -255-. «Per bacco!» -58-, da «Corbleu!» -59- (eufemismo de «corps de Dieu», también en desuso), y «¡Por Dios!» -89-. «Corpo di bacco!» -258- se traduce por «Sacrebleu!» -263- y por «¡Caramba!» -257-, interjección esta última que restituye el efecto de sorpresa. «Cospetto del diavolo!» -58- aparece como «Sacrebleu!» -59- y una traducción española muy cercana al italiano «¡Por todos los diablos!» -89-. «Per bacco!» -129-, «Sacrebleu!» -129, «¡Pardiez!» -147-. «Giuro al cielo!» -254- da «Par le diable!» -255- y «Voto al cielo» -255- y «Juro al cielo» -229-, aunque en otra ocasión, el francés opta por «Sacrebleu!» -263- y por «Par Dieu, je le jure!» -269-. «Capperi» -106- al plural en función de interjección eufemística expresa sorpresa; «Mazatte» -107- es un regionalismo exclamativo francés que expresa asombro, y «Córcholis’ -127- es la traducción española. En nota a pie de página, el traductor explica que «Capperi» significa «alcaparras» pero que hay que traducirlo (sic) por «córcholis» (no admite, por lo tanto, comentario).

El penúltimo apartado corresponde a las locuciones.-

«Spendete pure a rotta di collo» -40-, dice el Marqués utilizando la locución «a rotta di collo» («a gran velocidad»), «Dépensez-les donc à bride abattue, vos gros sous!» -41-, «Gastad, si queréis, a tontas y a locas» -73-. En la traducción francesa se ha conservado la idea de la velocidad a la que se gasta el dinero el Conde con la locución «à bride abattue», en tanto que en la española se expresa con la locución «a tontas y a locas» la manera indiscriminada de gastarse el dinero. Aunque el resultado pueda parecer el mismo, la realidad es que al traducir al español se ha realizado una transposición del punto de vista al expresar la acción de dos maneras diferentes.
«Tutte cose che non vogliono un fico» -44-. «Un fico» indica «nada o poca cosa» al igual que en español; se trata de un tipo de frase afectiva para indicar cantidades ínfimas, de perífrases de la idea de «nada, absolutamente nada». Según W.Beinhauer (9), «la idea de «nada» se encarece enfáticamente mediante comparaciones con objetos sin valor, identificándola con ellos, procedimiento por el cual queda como concretizada (…) En su calidad de abstracto, «nada» nunca puede surtir efecto de tanta eficacia como el nombrar cualquier objeto concreto de valor nulo con que se compare, y que en la apreciación subjetiva del hablante significa «menos que nada»». El DFAP da la locución «ça ne vaut pas tripette» para expresar «ça ne vaut pas grand-chose». En español «cosas que no valen un higo» -77-.
La misma expresión aparece en: «Eh! che denari! Non li stimo un fico» -58-, «Sa richesse? Peuh, à mes yeux, ça ne vaut pas tripette» -59-, «¡oh! ¿qué dinero? No lo aprecio en absoluto» -89-. En esta edición hay una nota a pie de página que no dejará de sorprender al lector: «Podría traducirse por «no me importa un bledo» o «no se me da una higa», pero parece más acorde con el personaje el «no lo aprecio en absoluto.» La sorpresa se debe a que si Goldoni, al crear a su personaje,  pone en su boca una expresión italiana con tonalidad popular o vulgar, no se comprende que el traductor considere «más acorde» con el personaje una expresión en un nivel de lengua más cuidado.
«Hanno fatto il diavolo per darmi moglie» -46-, dice el Caballero. «Il y a des gens qui ont fait des pieds et des mains pour me marier» -47- en francés, utilizando la locución «faire des pieds et des mains» que significa «emplear todos los medios». La traducción española no ha utilizado ninguna locución de lenguaje coloquial: «Han hecho todo lo posible para casarme» -79-,  aunque existe alguna, como por ejemplo «revolver Roma con Santiago».

Mirandolina dice «(che arsura! Non gliene cascano)» -50- que en lengua vulgar significa «mezquino» En francés se ha optado por la locución siguiente: «il n’attache pas son chien avec des saussices! -51-. De nuevo el español se conforma con una expresión neutralizada: «¡No suelta nada!» -83-, aunque existe la misma locución que en francés «atar los perros con longanizas».
Mirandolina realiza una comparación para expresar la poca educación del Caballero: «E questo signor cavaliere, rustico come un orso» -60-. «Et voilà ce Chevalier, cet ours mal léché» -61-, locución que significa «persona mal educada y grosera». La traducción española ha conservado la comparación: «¿Y este señor caballero, más cerril que un oso» -91-.
Hemos encontrado una traducción demasiado literal en español para restituir una locución que expresa rabia: «Darei delle pugna in cielo» -74- que da en francés «je me cognerais la tête contre les murs» -75-, y es «daría puñadas en el cielo» -101-.
Mirandolina hace una apuesta: «Mi caschi il naso, se avanti domani non l’innamorano» -90- dice, y la traducción española hace un calco neutralizado: «que se me caiga la nariz, si antes de mañana no lo enamoro» -113-. La versión francesa utiliza una locución conocida: «Je veux bien être pendue s’il n’est pas amoureux de moi d’ici à demain!» -91-, «que me caiga aquí muerta si…» podría ponerse en español.
Dice también Mirandolina: «Tutte a la vita; ma non ce n’è uno per la rabbia» -114- para indicar el estado de pobreza extrema del Marqués. «Elles sont toutes deux cramponnées à ses poches, mais il n’a pas la queue d’un sou» -115-. «Todos encima, pero no saben que no tiene un real» -133-.
Tan sólo tenenos un exponente de refrán cuando el Marqués dice a Mirandolina: «E meglio un uovo oggi, che una gallina domani» -266-, «es mejor pájaro en mano que ciento volando» -67-, «Un tiens vaut, ce dit-on, mieux que deux tu l’auras» -273-.


Consideraciones finales.-


Nuestros sucesivos comentarios sobre las expresiones que han sido objeto de análisis a lo largo del presente trabajo, habrán puesto en evidencia que los resultados obtenidos por ambas traducciones son muy diferentes.
Una primera apreciación simplemente visual revela que la traducción francesa es más larga que el original. Este hecho no puede sorprender al analista en tanto que gran número de estudios han demostrado que la traducción siempre tiene tendencia  a ser más larga que el texto de partida. El miedo a traducir poco conduce a menudo a traducir demasiado. Pero el traductor no debe ser esclavo ni de la forma ni de la longitud de la obra original. Su tarea consiste en transmitir el sentido del texto por otro de longitud similar, y con ello evitar la propensión a la sobretraducción o supertraducción. La exégesis de la que se nutre el traductor, le puede hacer caer en la tentación de transmitir el contenido por medio de un discurso más largo. Una percepción muy completa de las diferencias entre ambas lenguas conduce precisamente a exagerarlas. Dicho esto debemos poner en evidencia que la traducción francesa que nos ocupa respeta los criterios esenciales que creemos conviene observar en traducción:
– transmitir el contenido completo del texto
– respetar las normas gramaticales
– respetar los idiomatismos
– tender a una equivalencia estilística
– tender a una adaptación cultural
En efecto, la comparación de ciertos rasgos humorísticos del texto de Goldoni con la versión en francés, revela el esfuerzo del traductor por hacer llegar al lector en esta lengua la riqueza de los dobles sentidos, de los juegos de palabras y del manejo de varios niveles de lengua. En la traducción de textos de épocas pasadas, resulta complejo conseguir una adaptación cultural, y consideramos que el texto en francés lo consigue en la mayoría de las ocasiones en las que se plantean problemas de difícil solución – por lo menos en cuanto a los aspectos humorísticos se refiere -.
La traducción española (muy anterior a la francesa como puede comprobarse en las referencias) es menos completa en lo que se refiere a la transmisión de la riqueza lingüística contenida en los efectos humorísticos del texto de Goldoni. Pero esto sería tal vez lo menos grave, puesto que consideramos que es mucho peor esa sensación que despiertan en el lector de una traducción las expresiones que no son totalmente idiomáticas. Cierto es que algunas teorías apuntan a la conveniencia de no «adaptarse» completamente a la lengua de llegada para que el lector de la traducción no «olvide» que está en presencia de una traducción. Es como si el traductor así no se apropiara del texto original respetándolo más. Pero tal vez esta forma de trabajar pueda ser conveniente para la traducción de textos muy antiguos o bien procedentes de culturas muy alejadas. En nuestro caso, son (sólo) dos siglos, y creemos que se puede intentar – y conseguir – un acercamiento a las equivalencias, no sólo estilísticas sino idiomáticas y culturales. Traducciones como «seguro que a mí no me los comen» -79-, que no significa nada, o bien «no lo aprecio en absoluto» -89- para «non li stimo un fico» -58- ponen de manifiesto que vale la pena el esfuerzo de profundizar en la búsqueda de equivalencias.


Notas y referencias.-


(1) GOLDONI, C. (1976). La locandiera / La posadera. Barcelona: Bosch, Erasmo Textos Bilingües. (Introducción de M.L.Gómez de Ortuño)
(2) Ibidem
(3) Ibidem
(4) GOLDONI, C.(1959). Memorie. Paris-Milano: Ed. Ortolani, Parte Segunda, vol.I, cap.XVI .312-313.
(5) Entre guiones figura el número de la página de los textos utilizados. La página del texto italiano corresponderá siempre a la edición bilingüe francesa. Los textos utilizados son los siguientes:
GOLDONI, C. (1991). La locandiera. Paris: Gallimard, col.Folio bilingue. (Traduit de l’italien, préfacé et annoté par Gérard Luciani)
GOLDONI, C. (1976). La locandiera / La posadera. Barcelona: Bosch, col.Erasmo Textos Bilingües. (Cronología, introducción, traducción y notas de M.L.Gómez de Ortuño)
(6) CARADEC, F. (1977).
Dictionnaire du français argotique et populaire. Paris: Larousse.
(7) SANDRY, G. – CARRIERE, M. (1953). Dictionnaire de l’argot. Paris: Duphin.
(8) ZINGARELLI (1973). Vocabolario della lingua italiana. Bologna: Zanichelli.
(9) BEINHAUER, W. (1973).
El español coloquial. Madrid: Gredos. 206-207.


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