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ESPLÍN
¡Qué inhóspito el esplín de mi indolencia!
Maldije mi nostalgia y sobriedad
mofando de mi suerte la carencia:
confundí frigidez con gravedad.
La estulticia buscó la subsistencia
presidiaria de lega necedad.
Desatinos y yerros en mi vida
secuestraron mi hambre en la guarida.
SOFISMA
Nosotros se deshizo, por condena.
Si hubiéramos callado aquel sofisma,
falacias, embelecos en cadena,
masacre de un amor, umbral del cisma,
anhelos en suplicio de carena,
disímil la mirada en otro prisma,
tendríamos el rumbo por delante.
Damos la contingencia por vacante.